martes, 25 de enero de 2011

Lluvia

Deseo salir.
Imagen:


Advertencias: Ninguna importante.

  Una, dos, tres… cincuenta y ocho, veintisiete, treinta y dos… Noventa. Observaba a través de la ventana las gotas que caían, contándolas mientras iba imponiendo metas. Luego de que cayeran cincuenta gotas pararía de llover, y entonces la número cincuenta y uno dejaba un húmedo trazo en el vidrio. Pues que sea a las noventa, pero la número noventa y uno volvía a apalear sus ilusiones.

  Odiaba tanto la lluvia como a cualquier cosa que odiara mucho. No, la odiaba más que mucho, muchísimo, porque era la culpable de que no lo dejaran salir a jugar. Él nunca pudo entender el motivo por el cual se le prohibía salir cuando llovía. La lluvia moja, le había dicho su madre. Pero el agua de la ducha también moja y sin embargo ella lo obligaba a ducharse todas las noches por lo que no veía qué diferencia podía tener.

  Los adultos acostumbraban hacer esas cosas. Pensaban que un “hazlo porque yo te lo digo” era razón suficiente para mantener a los chicos a raya. Se prometió que cuando fuera adulto nunca le diría a sus hijos que hagan algo porque sí, o dejen de hacerlo porque no, sin saber que inevitablemente con el correr de los años uno olvidaba aquella promesa y terminaba cayendo en el mismo error que de pequeño repudiaba.

  Ciento cuarenta y cinco, doscientos treinta y ocho, doscientos dieciséis… ¿Es que no pensaba detenerse nunca? Él necesitaba salir a jugar, ¿era eso tan difícil de comprender para el cielo? Siempre pensando en sí mismo, ¿y qué había de él? No, no era solamente él; estaba seguro de que Facu, Marco y Santi estaban en su misma situación, contando cada gota en la espera de que parase de llover. ¿Llevarían ellos la misma cuenta que él? Es que había tantas que podría llegar a olvidarse alguna, o contar otras de más. Aunque sus amigos no eran buenos contando; si Marco ni siquiera sabía que el cuatro iba antes del siete, ¿o sería el seis?

  —¡Fede! ¡Baja a merendar! —llamó su madre desde la primera planta. El pequeño rechistó, pisó con fuerza un par de veces en señal de disgusto y salió de su habitación.

  Cuatrocientos ocho, trescientos cuarenta y dos, seiscientos doce… Aún podía escuchar el repiqueteo del agua al impactar contra el techo, lo que le posibilitaba seguir contando. Se sentó a la mesa y hundió la cuchara en la taza de yogurt con copos de maíz. Era su merienda favorita, no iba a negarlo, pero no le apetecía cuando todas sus ganas estaban puestas exclusivamente en salir.

  Vio a la mujer, algo bajita y regordeta, con la expresión más enojada que pudo conseguir, aunque más que una mirada desafiante aquello resultó ser un adorable puchero. Le fue difícil mantener la expresión de enojo mientras llevaba las cucharadas de yogurt a la boca y masticaba los traviesos copos que se pegaban en sus muelas, luchando con la lengua para deshacerse de la molestia.

  —Cuando pare la lluvia podrás salir —informó su madre, intentando no sonreír al descubrir el intento de enojo tras el gracioso gesto. Al oírla, Fede llevó aún más aire a sus mejillas, inflándolas lo más que pudo. Según él eso debía ser suficiente para demostrarle a su madre lo ofendido que estaba.

  Y sin mediar palabra se subió al sillón de la sala, apoyando ambas manos en la ventana para volver a ver hacia afuera. Ciento treinta y cinco, setenta y nueve, mil. ¡¿Es que jamás pararía de llover?!

  Suspiró indignado, a ese paso se haría viejo y seguiría ahí adentro. Realmente odiaba al cielo y a las nubes por traer esa molesta lluvia. Esperaba que pronto se la llevasen y la perdieran en algún lugar muy lejos de su casa y que nunca, nunca la volvieran a encontrar.


~Fin~

1 comentario:

  1. Hi!
    Aiko Kimura reportándose.

    Dios, hace mucho, mucho tiempo que no te leía. Y me ha encantado, sin dudas.

    Cuánta inocencia en un solo relato ♥~. Podía imaginar al niño haciendo muecas xD.

    Muy, muy lindo. Lindo, tierno, divertido... real también. xD Con la naturalidad que tienen los niños que saben que el cuatro está antes del siete.

    Y es TAN cierto todo eso que has escrito de "haz esto porque sí", "no hagas esto porque no". Espero con todas mis fuerzas que yo no sea así cuando tenga hijos xD.

    xD Me acabo de hacer fan de ese niño~~.

    .w. Sigue escribiendo, que te seguiré leyendo. D: Hablando de escribir, aún no hay noticias de mi "Mundos". DX Estoy en medio de un bloqueo horrendo con aquel original.

    Pero te avisaré apenas tenga algo, lo prometo ;).

    En fin.
    Te cuidas un montón,
    se te quiere :3.
    Aiko-chan se retira;
    Bye!

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