viernes, 4 de febrero de 2011

Triste princesa

Deseo reír.
Imagen:

Advertencias: Ninguna importante.


  El rostro de la princesa ha perdido toda la alegría que albergaba su cuerpo. Su cabeza descansa sobre su brazo derecho, sus labios se curvan en una mueca triste.

  Han intentado de todo para devolver a su semblante la alegría. Regalos al principio. Cientos de muñecas y maquillaje, hasta diferentes tipos de animales. También lo intentaron un payaso, un duende y un malabarista, pero ella ni siquiera se inmutó.

  Sus ojos de un pálido celeste continuaron perdidos, mirando sin ver, y un suspiro escapó de sus labios.

  El mejor psiquiatra fue incapaz de sacarle una palabra, y ni el mejor adivino logró descifrar lo que aquel semblante triste significaba.

  Entonces la princesa se levantó de su silla de plata y caminó hasta el ventanal de la sala. Sus ojos recorrieron la extensión de aquel inmenso muro que desde hacía poco tiempo rodeaba el castillo.

  Del otro lado todo era colorido, agradable. Los niños corrían por las calles, sus pies descalzos cubiertos de barro, sus bocas abiertas entre risas. De su lado el césped era oscurecido por las sombras, tiñéndose de un triste gris, y el encierro se extendía a su interior, tomando su alegría de niña para encerrarla en una pequeña caja candada, cuya llave se había extraviado.

  Deseaba tanto escapar de su destino. Ser sólo una niña más. Atravesar la muralla, encontrar la llave y recuperar su alegría. Pero sabía que nada podía hacer para cambiar lo que era, y por mucho que lo deseara no podría volver a reír.


~Fin~

1 comentario:

  1. Hi!
    Aiko Kimura reportándose.

    Hace mucho, muchísimo que quería comentar esta entrada. Pero no lo hice porque... o.o no sé.

    I love it. ;0; Eso es exactamente lo que pasa cuando le quitas a un niño su libertad.

    u.u Pobre niña.

    En fin, eso.
    Te cuidas, ¿eh?

    Aiko-chan se retira;
    Bye!

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